viernes, 8 de mayo de 2015

"...SI DE VERDAD QUIERES, PODRÁS".

Respeto muchísimo a la gente con sobrepeso que se ve estupenda, atractiva, sexy y que, además, se quiere, se acepta y es feliz. Les respeto y les admiro lo que no está en los escritos. Yo, lamentablemente, siempre tuve que cargar con el saco de los complejos y, además, este se vio intensificado por culpa de ciertos comportamientos y tratos un tanto desagradables recibidos por parte de la gente que me rodeada. 
Todos sabemos más que de sobra lo crueles que pueden llegar a ser los niños y, asombrosamente, los no tan niños.

No puedo decir que no tuve una adolescencia feliz, porque mentiría. Obviamente, tuve de todo, como todos. Pero mi yo interior, ese que no forzaba sonrisas para las fotos o reía a carcajadas, aún sin ganas, en los recreos, siempre estuvo triste.
No era fácil tener 16 años y no ser capaz de entrar en una prenda de ropa que no fuese de la zona de tallas grandes y de señoras. Un pantalón de la talla 50, para una chica de 16 años y por aquel entonces, difería muy mucho de lo que hoy conocemos como "ropa juvenil", os lo aseguro... No era fácil ser la "gordita guapa de cara" del grupo y ser capaz de combinar aquello con los comienzos de los tonteos, las citas, los rolletes y esas cosas que se despiertan por esas edades... No era fácil ver como mis compañeros disfrutaban del deporte y yo, en cambio, era incapaz de terminar una sola clase de gimnasia sin la sensación física de querer morirme y la sensación mental de creer que todo el mundo me miraba y se reía de mí... 

Nunca he hablado de ello en público, pero con 10 años viví uno de los momentos más complicados que recuerdo en toda mi vida. Mis compañeros de clase decidieron que debía ser divertido reírse de una niña que empezaba a desarrollar y con ello a coger peso. Debieron creer que el hecho de ridiculizar, insultar, faltar al respeto, aterrorizar y hacer la vida imposible a una niña de 10 años era algo divertido o qué sé yo... Creo que la palabra "GORDA" fue la que más escuché en aquellos casi 2 años que duró esta situación. No voy a entrar en mucho detalle, porque ha pasado mucho tiempo y lo pasado pasado está, y porque realmente tampoco serviría de mucho remover la mierda, como quien dice, a estas alturas de la película. Pero sí, algo así te condiciona. Y sí, es algo que no debería ocurrirle absolutamente a nadie, jamás.

Hace unos días escuché a unos niños en la calle, a la salida de un colegio, llamar GORDA a gritos a una chica de su edad. Tendrían unos 12 años, más o menos. Creo que la mirada que le eché a uno de ellos lo dijo todo. 

Quizás sea por todo esto por lo que me da muchísima rabia cuando alguien decide criticar mi estilo de vida, mi "obsesión", según muchos, por cuidarme, por adquirir hábitos saludables, por aprender a comer correctamente, a nutrirme, a hacer ejercicio y a sentirme bien, sana y plena, tanto por fuera como por dentro. Me da mucha rabia que la gente piense que se puede opinar de algo sin conocerlo, sin saber y sin tener constancia de cómo siente alguien, de lo que ha tenido que pasar o de las cosas que ha tenido que soportar y superar hasta llegar donde ha llegado. 

Yo no he perdido casi 40 kg de peso solo por motivos físicos. Mi única meta no era entrar en una 36 de pantalón o poder ponerme a tomar el sol en bikini y no enrollada en una toalla hasta el cuello aunque estuviésemos a 43º. Para mí eso ha sido secundario; algo que me llevo, sí, pero secundario. Me quedo con el hecho de poder andar más de media hora sin ahogarme. Con la seguridad sobre mi persona que he adquirido. Con todo lo que he aprendido escuchando a mi cuerpo y mimándole como se merece. Con el hecho de que ahora, cuando sonrío, lo hago de verdad y no tengo que forzar sonrisas para las fotos. He conseguido mirar al espejo y verme. Ver lo que soy y ver un esfuerzo recompensado. Ver que soy capaz de lo que me proponga y darme cuenta de que es la ilusión la que mueve el mundo. Y ver algo que me gusta, por supuesto, y que yo solita me he ganado con trabajo, esfuerzo y constancia.


"SIEMPRE SIEMPRE SIEMPRE HAY QUE PONERLE UNA SONRISA A LA VIDA"


Y bueno... Para terminar quiero daros las gracias una vez más. A todos los que me leéis por aquí y seguís el blog y la cuenta de facebook desde el principio. Gracias por vuestro apoyo y vuestros mensajes y comentarios. De verdad que no imagináis la felicidad que me causa el hecho de que a muchos os sirvan las cosas que escribo y las recetas que subo. Ojalá yo hubiese sabido antes todo lo que sé ahora. Y ojalá, cada vez que me dije "No puedo", yo misma me hubiese contestado "Violeta, si de verdad quieres, podrás. Ya lo verás...".

Miles de besos!

Violeta

jueves, 7 de mayo de 2015

BOLLITOS DE MANZANA FIT


¡Buenos días! :) Hoy os traigo una receta súper sencilla, rápida y muy muy rica. ¡Espero que os guste! Allá vamos...

INGREDIENTES (para 2 bollitos):

- 1 manzana
- 4 rebanadas de pan de molde integral
- 1 cucharada de harina de avena
- edulcorante en polvo
- medio vaso de agua
- canela en polvo
- 1 huevo

PREPARACIÓN:

Primero pelamos la manzana y la cortamos a cuadraditos pequeños.

En una sartén echamos la manzana y doramos. Cuando lleve un rato, añadimos el medio vaso de agua. Seguimos removiendo, dejando que la manzana vaya soltando poco a poco su propio jugo.
Cuando ya se esté dorando y soltando jugo, añadimos la cucharada de harina de avena, edulcorante en polvo al gusto y la canela, y seguimos removiendo y dejando que se integren todos los ingredientes.

Ahora cogemos una rebanada de pan de molde, le echamos un poco de la mezcla de manzana en el centro (aquí yo le he echado un chorrito de sirope de agave para endulzar más), ponemos otra rebanada de pan encima y presionamos suavemente. 

A continuación, colocaremos encima un vaso de diámetro algo más grande que la cantidad de relleno que hemos utilizado y presionaremos para cortar nuestro bollito redondo. Podemos cortarlo haciendo ligeros movimientos con el vaso hasta que los sobrantes del pan se desprendan solos o bien ayudándonos pasando un cuchillo por el borde del vaso.

Una vez que ya tengamos nuestros bollitos, batimos un huevo y los pasaremos por este y de ahí a la sartén, vuelta y vuelta, hasta que coja color doradito. ¡Y LISTO!